martes, 1 de abril de 2014

CHI KUNG: EL CULTIVO DE LA ENERGÍA

El Chi Kung es un antiguo arte taoísta que desde hace cuatro milenios, investiga el chi o la energía.
Los primeros documentos datan del 2600 a.c., y atribuyen a Huan Di, el emperador amarillo, el orígen de la medicina tradicional china, y en consecuencia el estudio de los meridianos y de la circulación del chi por el cuerpo del ser humano. Creando el primer modelo de meridianos, llamado el hombre de bronce. Siendo un torso de bronce, en el que se reflejan todos los meridianos y puntos de acupuntura,  ocultos al ojo inexperto y manifiestos para el sabio emperador amarillo.
Pues bien, el chi kung es una rama de la medicina china; junto con la acupuntura, moxibustión, tui na y fitoterapia.
El chi kung se encarga de gestionar la energía, mediante el binomio cuerpo-mente, y como estratega la respiración. Así mediante una adecuada posición corporal, una mente sosegada y focalizada. Y una respiración consciente, suave y relajada. Podemos hacer circular la energía, con cierta naturalidad e incluso facilidad.
Hacer circular la energía, equivale a limpiar el chi estancado. El cual se estanca a causa de malos hábitos posturales, de alimentación y sobretodo por emociones tóxicas. Las emociones en sí, no son malas ni buenas. No obstante tienen una relación directa con los 5 órganos principales: Pulmón, Riñón, Hígado, Corazón y Bazo. Éstos a su vez enlazan con los 5 elementos: Metal, Agua, Madera, Fuego y Tierra.
A estos órganos principales, igual que a sus correspondientes elementos, les asociamos una serie de emociones. Una negativa y otra positiva...pero teniendo siempre presente que debemos tener un equilibrio entre ambas. Por ej. a pulmón le corresponde la alegría y la tristeza. Es decir cada vez que nos hemos sentido tristes, se nos acumula este tipo de energía en los pulmones. Qué sucede entonces. Pues estamos deprimidos, tristes, con el pecho hundido, la mirada baja, con la autoestima por los suelos...a lo cual un buen trabajo de chi kung, nos propondría una serie de movimientos, estiramientos, respiraciones para limpiar esta energía residual. Igualmente un exceso de alegría tampoco sería bueno ni natural. Ya que acabaríamos agotados y nos tomarían por locos, si estuvieramos en cualquier situación con risas hilarantes, y haciendo el ganso sin parar. Por ej. en un funeral, en nuestra cultura, una actitud semejante sería reprobable.
Así que mediante la practica del chi kung, pretendemos restablecer un equilibrio emocional, energético, vital mediante la práctica de una serie de ejercicios sencillos de aprender y de practicar.
Como curiosidad voy a exponer la relación elemento-órgano-emoción para que nos sirva de introducción a la medicina china en general, y al chi kung en particular:

Metal > Pulmón: alegría-tristeza.
Agua > Riñón: valentía-miedo.
Madera > Hígado: benevolencia-ira.
Fuego > Corazón: compasión-crueldad.
Tierra > Bazo: equilibrio-obsesión.

Por último quiero hablarles del ciclo creativo de los elementos. Es decir estimular con chi un elemento, implica el incremento de chi del siguiente:
La madera alimenta al fuego. Cuando el fuego se apaga, quedan las cenizas; y las cenizas generan tierra. En la tierra los minerales se compactan y se genera el metal. El metal está frío y en él se condensa el agua. El agua alimenta las raices de los árboles, con lo cual alimenta a la madera. Y la madera alimenta al fuego...

En conclusión para encontrar el equilibrio hay que limpiar todos los órganos, para que se ecualice la energía de todo el sistema. Ya que la medicina china trata al cuerpo-mente como un todo. Y al todo se le trata de forma completa y total.
Ya que las emociones se nos acumulan en los órganos provocando estanquiedad. Es como guardar ropa sucia en los diferentes cajones de un armario, durante años. Para limpiarlo tendremos que sacar la ropa sucia, lavarla, orear el armario; y por supuesto durante todo este proceso vamos recuperar recuerdos, emociones y fantasias de todo nuestro pasado. Es decir vamos a profundizar en nuestro inconsciente, para poder arreglar nuestro consciente.




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