martes, 18 de julio de 2017

CHI KUNG Y SALUD: 

Sonrisa interior 

El Chi kung es el arte de meditación taoísta por excelencia. Es el arte de cultivar la energía, el chi. 
Según la medicina china la salud es el resultado de la libre circulación de le energía, y la enfermedad aparece cuando el flujo energético se bloquea en algún punto. 
Una de las prácticas básicas con las que empezaremos a trabajar en chi kung será el tomar conciencia de esta energía. 
¿Cómo lo haremos? Es muy sencillo, primero con ropa cómoda nos sentaremos en una silla, justo en el borde. Con la espalda recta de una forma natural, pecho hundido, curva lumbar atenuada, hombros relajados y lengua en el cielo del paladar. 
Vamos a hacer la práctica de la sonrisa interior, esta es una de las bases de  nuestra escuela de chi kung. 
Cerramos los ojos y debemos evocar un pensamiento que nos haga despertar una sonrisa. Algo agradable y entrañable que nos haga sonreír. Es mejor que no sea una persona conocida, ya  que con las personas tenemos sentimientos ambivalentes. Y a pesar de que estemos evocando un bonito recuerdo, también tendremos asociados otros sentimientos con tal persona.
Dicho esto. Vamos a buscar algo natural como un amanecer, un cachorro haciendo monerías, una sensación al salir a la montaña, al coger vacaciones, al estar un día de fiesta tumbado en la playa...cada uno debe buscar en su interior. 
Una vez estamos con ese enfoque de sonrisa interior, con los ojos cerrados dibujamos una sonrisa en en nuestros labios, esto hará que se relajen los músculos de la cara y en consecuencia el resto del cuerpo. 
Empezamos a realizar unas respiraciones profundas, a nivel abdominal. Hinchamos el abdomen al inhalar y lo escondemos al exhalar. Lo realizamos unas 10 veces para ayudar a relajar a nuestro cuerpo y a nuestra mente. Ya que con este tipo de respiración ayudamos a bombear sangre al corazón consiguiendo un profundo estado de relajación y concentración mental.
Sentimos como la sonrisa interior genera una calidez que vamos a empezar a llevar por todo nuestro cuerpo.
Sonreímos a nuestros órganos de los sentidos, después bajamos por la garganta y sonreímos a nuestro corazón, a los pulmones, los riñones, el bazo y al hígado. Sintiendo una cálida energía que  llevamos a todos nuestros órganos, como muestra de gratitud por todo el trabajo que realizan diariamente sin que apenas seamos conscientes de ello. Sonreímos a todas nuestras glándulas, son fundamentales y muy poderosas. Con pequeñas cantidades de las hormonas que sintetizan, logran verdaderos prodigios en nuestro organismo. Piensen en la glándula pineal, la pituitaria, el timo, suprarrenales, vesícula biliar, páncreas, bazo y gónadas. 
Por último vamos a sonreír a nuestro esqueleto, a todos nuestros huesos y articulaciones. Los cuales los tenemos unidos por los ligamentos formando un poderoso conjunto. Dándonos estructura y porte, es el poder de la forma y la actitud postural; sin decir nada ya mandamos un mensaje al mundo: "Yo soy y aquí estoy".
Y para acabar la práctica vamos a llenar todo nuestro cuerpo con esa poderosa sonrisa interior. Con una actitud ligera, liviana y fluida. Vamos a sentir nuestro cuerpo lleno de la poderosa energía de la sonrisa.
Piensen por un momento cuan poderosa es la sonrisa. Quizá algún día se levantaron de mal humor o tuvieron una discusión con su pareja y bueno en fin, estaban teniendo un mal día. Y de repente todo cambia, se cruzan con un desconocido y le sonríe. Así tal cual. Y puede que pensarán que idiota, de qué se ríe; y entonces toma conciencia de que el idiota es usted porque va por la vida enfadado y probablemente se va a morir mañana. Y entonces usted sonríe y entiende el valor profundo de la sonrisa. 
Los taoístas, que eran unos cachondos irremediables, sabían apreciar el poder universal del humor y poder terapéutico de la sonrisa. Sabían que el humor, la paradoja y el cambio eran leyes que regían al universo.
Una vez hemos sonreído a todo nuestro organismo, dejamos un ratito que la energía vaya calando, que penetre en cada milímetro de nuestro cuerpo. 
En última instancia recogemos toda la energía en el Tan Tien. Es un punto situado dos dedos por debajo del ombligo, en el que siempre guardamos la energía que hemos generado.
Tan Tien significa campo del elixir es un centro de meditación fundamental, es un lugar seguro donde acumular energía.
Es importante al acabar cada práctica con lo que se denomina fase yin de la meditación. Consiste en relajarse, ponerse cómodos y dejar que el inconsciente nos hable, para sacar provecho del ejercicio que hemos realizado. 


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